sábado, 28 de enero de 2012

A las 3:03 un ratón hizo que Álvaro no se sintiera culpable

3:00 de la mañana y Álvaro se sentía culpable.
Si hubiera visto la señal de STOP hubiera parado la moto.

3:01 de la mañana y Álvaro se sentía culpable.
Si hubiera parado no estaría de madrugada en el hospital.

3:02 de la mañána y Álvaro seguía sintiéndose culpable.
Que estuviera en el hospital significada que seguía esperando a su hermano.

3:03 de la mañana. Álvaro ha dejado de sentirse culpable, algo ha llamado su atención.
Ha visto a alguien salir del baño. Es una chica pálida envuelta en una chaqueta enorme. Tiene una nariz graciosa. Chiquitita como es, le hace recordar un ratoncito. El pequeño ratoncito se ha vuelto a meter en el baño como si fuera su madriguera.

3:04 de la mañana. Álvaro ha vuelto a sentirse culpable.
Pero se ha dado cuenta de que quiere un pequeño roedor.

La sonrisa de Oliver es distinta a la de Ginger

Cuando Ginger vio a Oliver, lo primero que hizo fue dar las gracias.
Últimamente sus clientes no cumplían ya los treinta y cinco y ese chico tendría su edad, casi su mismo peso, y él tenía la altura perfecta para que la cabeza de ella encajase bajo su mentón.
Una sonrisa de él le hizo comprender que no tenían el mismo estilo de vida. Su sonrisa era inocente, tímida, pura, buena.
Cuando Ginger se acercó con la mirada de leona que tan bien le salía, realmente tenía ganas de morderle el cuello y no estaba fingiendo. Pero tras unos cuantos besos, él hizo que parase.
Cuando él explicó que no había pagado sus servicios, ella lo entendió todo.
Cuando lo entendió todo, se sintió pequeña y desnuda.
Cuando eso pasó, fue la primera vez que deseó que alguien hubiera pagado por estar con ella. Solo por estar con ella.